Por: Isa Pili Gómez
El café turco, preparado mediante un método de cocción centenario, es consumido por millones de personas en todo el mundo y sigue siendo un placer para el paladar.
El 6 de febrero de 2023 se produjo un terremoto de gran magnitud en Turquía, que despertó la atención mundial y el apoyo al pueblo turco. Estados Unidos, encabezado por su presidente, ordenó un análisis minucioso de la situación para brindar la ayuda necesaria. En Colombia se han establecido diversos medios para ayudar a través de la embajada turca con donaciones y equipos de rescate. Países de todo el mundo se están uniendo con gestos de solidaridad en respuesta a la tragedia que afecta actualmente al pueblo turco.
Turquía, situada entre Asia y Europa, merece ser recordada no sólo por el apoyo inmediato que recibe sino también por sus tradiciones y contribuciones a la humanidad. En este post queremos destacar un aspecto cultural de nuestro país amigo: el café turco.
Una breve historia contextualizará el nacimiento del café turco, las costumbres del pueblo turco en cuanto a su preparación, consumo y las relaciones humanas que se forman en torno a él. Además, una breve descripción del café arábico (utilizado en el famoso café turco) en su forma y producción nos ayudará a entender el origen de su delicioso sabor.
La bebida turca Fue durante el Imperio Otomano en el siglo XVI cuando el café llegó a Turquía, iniciándose una tradición que se extendió luego de que el sultán autorizara su consumo por el pueblo. Se hizo tan popular en los hogares de cada habitante que la UNESCO declaró al café turco, o café oriental, patrimonio cultural inmaterial de la humanidad en 2013 después de 500 años de historia.
La tradición dicta que el café turco se prepara con café arábico molido fino, con una textura similar a la de la harina, y es conocido por sus cualidades concentradas y aromáticas. Después de moler los granos de café, la gente vierte generosamente el polvo y el agua fría en un ibrik o cezve, un pequeño recipiente de cobre que se calienta a fuego lento y se remueve hasta que hierve. Luego se deja reposar durante unos minutos antes de servirlo sin filtrar en pequeñas tazas llamadas fincans. Suele acompañarse de un tentempié dulce y un vaso de agua, servido en una hermosa vajilla regional. El café servido con azúcar se llama "café de mujeres", mientras que el café sin azúcar se llama "café de hombres". Es fundamental tener en cuenta que el café se deja reposar y los sedimentos se depositan en el fondo del recipiente antes de su consumo.
El café compartido diariamente entre miembros de la familia sirve como un espacio para la interacción y generalmente se distribuye después de la cena. Cuando se disfruta con amigos, simboliza la hospitalidad; se sirve primero al invitado y se dice que predice 40 años de amistad.
La popularidad del café se extendió más allá de los hogares y llegó a las oficinas y restaurantes. En el siglo XX surgieron numerosos cafés donde los intelectuales participaban en extensas conversaciones sobre eventos culturales, destacando la poesía, la narrativa, la música y la literatura. En toda Turquía, particularmente en Ankara y Estambul, todavía se pueden encontrar lugares tradicionales como Kirit, Cafemiz, Gramofon, Firin Sogutozu, Mandabatmaz, Corlulu Ali Pasha Medresesi, Fazıl Bey'in Turk Kahvesi, Cumbali Kahve y Şark Kahvesi, donde uno puede disfrutar del café como si se transportara a principios del siglo XX.
El café es un alimento básico diario en Turquía e incluso juega un papel importante en las bodas turcas. Las historias de los ancianos cuentan que el novio y sus padres visitaron la casa de la novia antes del día de la boda para pedir oficialmente su mano en matrimonio. La novia prepara café turco para su prometido y los asistentes, y en la reunión es donde la pareja recibe su bendición.
El café también juega un papel en la adivinación, ya que algunas personas usaban, y todavía usan, el residuo del fondo.
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